La ortodoncia es mucho más que alinear dientes. Se trata de una especialidad de la odontología que se encarga de diagnosticar, prevenir y corregir alteraciones en la posición de los dientes y los huesos maxilares. Gracias a ella, no solo logramos sonrisas estéticas, sino también bocas saludables y funcionales.

En términos simples, la ortodoncia busca corregir los problemas de malposición dental (dientes torcidos, apiñados o separados), así como las alteraciones en la mordida (como sobremordida, mordida cruzada o abierta). Para ello, se utilizan aparatos ortodóncicos —como brackets o alineadores invisibles— que aplican fuerzas suaves y controladas para mover los dientes a su posición ideal.

Los tratamientos ortodóncicos pueden realizarse en niños, adolescentes y adultos, siempre que haya una buena salud bucodental general.

¿Cuándo es necesaria la ortodoncia?

Existen varios signos que indican que un tratamiento ortodóncico puede ser necesario:

  1. Dientes apiñados o torcidos: Cuando no hay suficiente espacio en la boca, los dientes tienden a montarse unos sobre otros. Esto no solo afecta la estética, sino que también dificulta la higiene, aumentando el riesgo de caries y enfermedades en las encías.
  1. Separaciones entre dientes: Los espacios entre dientes (diastemas) pueden ser por genética, pérdida de piezas dentales o hábitos como empujar la lengua. La ortodoncia puede cerrarlos de forma armónica y funcional.
  1. Mordidas incorrectas: Una mordida “mala” puede generar desgaste dental, dolor en la mandíbula, dificultades para masticar o hablar, e incluso dolores de cabeza. Algunos tipos comunes son:
  • Sobremordida: los dientes superiores cubren en exceso a los inferiores.
  • Mordida cruzada: los dientes superiores cierran por dentro de los inferiores.
  • Mordida abierta: los dientes no llegan a tocarse al cerrar la boca.
  1. Desviación de la línea media: Cuando el centro de los dientes superiores no coincide con el de los inferiores, puede ser signo de un desequilibrio dental o esquelético.
  1. Problemas al hablar o masticar: Algunas maloclusiones afectan la pronunciación de ciertos sonidos o dificultan una correcta masticación de los alimentos.
  1. Bruxismo o desgaste dental: Los dientes desalineados pueden generar una mala distribución de las fuerzas al morder, lo que puede provocar el hábito de apretar o rechinar los dientes, conocido como bruxismo.

¿A qué edad se puede empezar?

La primera evaluación ortodóncica se recomienda a los 6-7 años, cuando comienzan a salir los dientes permanentes. Esto permite detectar problemas tempranos y, en algunos casos, iniciar tratamientos interceptivos.

Sin embargo, nunca es tarde para mejorar tu sonrisa. Cada vez más adultos eligen tratamientos ortodóncicos, especialmente con alternativas estéticas como los alineadores transparentes.

¿Tienes dudas sobre si necesitas ortodoncia?

Lo ideal es acudir a una valoración ortodóncica profesional. En nuestra clínica realizamos un diagnóstico personalizado con estudios digitales y te explicamos si realmente necesitas tratamiento, cuáles son tus opciones y qué resultados puedes esperar.